dijous, 2 de desembre del 2010

Como sumergido

Esperaba sentado No dejaba de mirarme El psiquiatra No sé qué quería de mí Yo completamente reconcentrado solo en mí mismo En otra parte la cabeza Le hablaba lento quizá No sé Sus miradas continuas al centro de mis ojos atravesaban como cuchillos ¡Más medicación! Retumbaba su voz en mis entrañas Otra voz Ya eran tres en ese momento Al parecer yo hablaba lento Se ponía nervioso Era otro el que hablaba Creía que estaba callado ¡Deje de reír! No reía ¿Por qué estaba tan enfadado el psiquiatra? Fuera de sí se levantó Su rostro al lado del mío Cerca Ese aliento mentolado me daba arcadas Amenazado Cogí algo de la mesa Un abre-cartas Así le llaman Mi mano nerviosa Una interferencia No entiendo Todo me daba vueltas Estaba en el suelo ¿Qué pasaba? Sangraba por la nariz Un policia en la puerta hablaba con una enfermera El psiquiatra con cara de demonio ¡Deténgalo, me ha querido matar! No entendía por qué decía eso aturdido como estaba Me dolía la nariz Me la toqué con la mano Estaba sangrando Me dio miedo Eran dos no un policia La enfermera también allí con ellos Me puso de espaldas contra el suelo un policia Supongo Una rodilla se clavaba en mi espalda y no me dejaba respirar Me puso unos hierros que presionaban las manos Unas esposas debían ser unas esposas Yo esposado No veía su cara Lloraba Las voces hicieron un fuerte silencio Como sumergido en el agua yacía Un dolor tremendo en las manos Presión Silencio y gritos Monstruos terribles Una interferencia No oía nada definido La voz incomprensible del psiquiatra del policia a la vez Me levantaron bruscamente El psiquiatra me acarició con su mano fría Así acaban los locos me dijo

2 comentaris:

  1. Los psiquiatras son unos curiosos seres parásitos que viven a costa del sufrimiento de los demás,un trabajo gratificante como pocos a la altura de las ONG, pirámides maravillosas de directivas cobrando y voluntarios trabajando gratis. Ya ves que las desgracias de algunos son el negocio redondo de otros. ¡Viva la miseria, las enfermedades, las catástrofes y el cambio climático!! Si encima, querido dobble, resulta que el psi en cuestión es un malnacido, aparte de un pesetero, pues apaga y vámonos. Así acaban los cuerdos con los locos. Desde su pisito en la zona alta, riéndose de sus pobres clientes en las cenas de colegas o con matrimonios de profesión liberal, entre martini y martini. ¡Salud!

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  2. Dobble, ¿estás bien? Hace tiempo que no sé nada. Seguro que estás bien. No sé. No sé si soportas tu nueva vida. Peor era dentro. Peor. Y no hablemos de los psiquiatras. Que se me pone la carne de gallina. Sí. Mejor no hablemos. No pierdas el oso. Hazle caso.

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